Atenas, 12 mar (PL) Los dioses griegos miran con tristeza el escenario de la Liga de Fútbol en este país, suspendida por tiempo indefinido, tras el último episodio de violencia vivido recientemente.
Según anunció este lunes en conferencia de prensa, el viceministro de Cultura y Deportes, Yorgos Vassiliadis, la Liga no será reanudada, hasta que los implicados asuman las consecuencias.
La decisión tuvo lugar, luego del encuentro entre los clubes PAOK Salónica y AEK Atenas, en el cual el presidente del primer equipo, Ivan Savidis, invadió el césped armado con una pistola.
«El Gobierno luchó durante los últimos tres años para el saneamiento del fútbol griego y aunque conseguimos algunos cambios, nos queda mucho por hacer», aseguró Vassiliadis.
«No permitiremos que se vuelva a la situación anterior, incluso si eso supone un coste político para el Gobierno», agregó.
Por su parte, el ministro de Interior, Panos Skurletis, calificó el suceso violento como «un ataque al honor del fútbol griego que daña al club y a los seguidores del equipo».
«Entrar al campo con una pistola en la mano es una provocación inadmisible, independientemente de lo que haya ocurrido», aseguró Skurletis.
El incidente estuvo vinculado a la decisión del árbitro de anular por fuera de juego un gol del PAOK, en el tiempo añadido, acción que le hubiera quitado el liderato. Tras varias deliberaciones, finalmente el equipo obtuvo la victoria.
No obstante, el hecho de que Savidis, un magnate industrial ruso de origen griego, entrara armado en el campo de juego, desencadenó una fuerte ola de indignación más allá del mundo del deporte.
La policía griega emitió una orden de detención contra el presidente del PAOK y otras cuatro personas, probablemente sus guardaespaldas, quienes también invadieron la cancha.
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